25 Oct 2009

Naufragio


Para B.


Cuando en tus blancas arenas
deposite la mar espumosa, los restos
de la última nave que intentó alcanzar tu puerto,
toma al menos un minuto y piensa
en la esperanza depositada en ese barco.
Piensa en la pacífica isla,
donde aquél malhadado navío atracó por años;
en las muchas ilusiones
de quienes se hicieron a la mar embravecida,
abandonando la serena tranquilidad de su exilio
y reconstruye el optimismo de los rostros,
el latir impetuoso de los corazones
y el estremecimiento de los cuerpos,
cuando al despuntar el día sobre su nave,
veían extenderse sin fin las profundas aguas
y en sus ojos se vislumbraba
la intuición de lo desmedido de su sueño.

Piensa un minuto en ellos y
no compadezcas la necedad de su viaje,
antes bien toma entre tus manos
un fragmento de aquella nave desdichada
y devuélvelo a las olas;
tal vez así, en el salino olvido del agua,
halle reposo la memoria de aquellos
que buscaban en tu puerto
la posibilidad de su utopía.

12 comments:

Diana said...

Ay, esto es muy hermoso, en serio.

YKR said...

Gracias Diana, qué alegría cortar una flor de tu jardín!

Abrazo.

Tita said...

bellisimo...bellisimo..bellisimo..

YKR said...

Qué gusto tus palabras! Y qué gusto tenerte de vuelta por acá!

Luis David said...

Que al fin la utopía es el motor de nuestros navios.

El Ícaro en gran forma.

abrazos

YKR said...

Y según Landauer, el motor de la historia.

Abrazo amigo.

pk said...

siempre un gusto leerte!
te mando un abrazo
regreso con calma después.

YKR said...

PK querido! Qué gusto que pases por acá! Qué tal el viaje?

Por acá nos andamos leyendo, un abrazo.

Anonymous said...

bieeeeeeeeeen me gustó, me recuerda a otro poema, lo platicamos al ratón!!

D.

YKR said...

Cuál? Lo platicamos con un whiskey de por medio?

Abrazo.

Erranteazul said...

Hermoso en verdad. YKR, no exagero si digo que al leerlo me transporta, me deja ver tras la bruma lo que quería encontrar. No es eso una dicha? Efímera quizá, pero dicha al fin.

Dónde YKR...dónde?

YKR said...

Y diría Kavafis que el puerto es lo de menos, lo imporante es el viaje.

Un abrazo.