29 May 2008

PRAGA

Hay plumas que engendran horrores seráficos,
sirenas de tinta que devoran voluntades
y emponzoñan con su susurro exquisito
las aguas de la cordura.
Letras que han capturado
en las redes de sus cabellos fatales
los desastres y el desamparo del hombre.


No es posible, ni loable,
combatir tan magníficas bestias,
negar su lograda,
amarga, mefistofélica maestría.
Como no es posible cancelar a capricho
la historia y el porvenir,
y la obscura condición humana
(esto no resulta tan definitivo).


No es Malraux en quien pienso;
el viento, mas bien cobardía,

se ha llevado de mi memoria

la aérea identidad aludida.